a pesar del mucho dinero que pedían
a pesar que nunca lo usaría,
pues era un vestido de danza del vientre,
y ella no tenia vientre ni puente.
Lo colgó de una percha en la pared,
y se imaginaba mil y una aventuras
cada día sentada delante de él.
Un día conoció a un apuesto capitán
que se enamoró de ella en un pis pás,
descubrió para ella los mas hermosos paisajes
los mas hermosos pueblos
y los restaurantes mas extravagantes.
Pero un buen día, el apuesto capitán,
por su gobierno fue requerido sin más
y la mujer decepcionada
junto a sus dos hermanos regresó a casa.
ver el vestido aun colgado en el mismo lugar
donde ella lo puso hacia mucho tiempo atrás.
De nuevo la mujer,
la musa fantasía
y el vestido Azul y Oro en la pared.
Se le acercó el hermano pequeño
y le entregó una carta que había llegado para ella
hacia mucho tiempo.
La abrió con cuidado y comenzó a leer
con mucho esmero.
La carta era de una empresaria catalana
que tenia un lujoso Hotel en Marruecos
y a pasar tres días y tres noches
con todos los gastos pagados la invitaba,
como en los cuentos.
Obviamente contestó a la misiva
para ver si aun la invitación se mantenía.
Dos días después de leer la carta,
la mujer estaba en una preciosa estancia
con todo lujo de detalles,
frutas, flores, ricos vestidos, joyas y complementos,
y dos mujeres que la cuidaban y atendían en todos los requerimientos.
que en la azotea del Hotel se celebraba.
Y Aquella noche de plenilunio,
un apuesto joven pidió su mano
sin ella conocerlo de nada.
No pudo negarse, escrito estaba.
El segundo día estaba por amanecer
la mujer pensó que soñaba:
un bebé en su cunita
a su lado estaba.
Y el tercer día
a su joven esposo
ya viejo amortajaba.
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